Longitud, Distancia y Por Qué la Física

Este artículo profundiza en los principales aspectos de la distancia y la longitud. Aquí intentaremos analizar la longitud desde su significado geográfico —y, por extensión, cultural— para las sociedades humanas, tanto en los tiempos modernos como desde una perspectiva histórica.

Y nuestra voz interior nos sugiere que no podemos evitar, en nuestras reflexiones, preguntas como: ¿por qué la longitud debe entenderse como una unidad física y no simplemente como un elemento geométrico operativo? Solo un análisis detallado del espacio y de la materia bariónica nos ayudará a descubrir la profundidad de este enfoque. Por ello, recomendamos a nuestros lectores tener paciencia cuando nuestra narrativa parezca desviarse un poco del tema principal del artículo. Por supuesto, ningún daño se hará a quienes decidan saltarse algunos párrafos, pero los lectores cuidadosos obtendrán finalmente la gran recompensa de una comprensión más clara de los principios fundamentales que presentamos a continuación...

Pero en esta introducción, consideramos necesario ofrecer un pequeño “caramelo” para que el lector continúe avanzando a través de un contenido que, por lo demás, es riguroso y académico… ¿No es así?

A continuación, junto con otros matices contextuales, encontrará descripciones detalladas de las unidades de longitud y superficie de las principales culturas conocidas hasta la fecha. Esto incluye las unidades de la antigua y medieval China, el sistema métrico indio, Grecia, Roma, las primeras unidades europeas de longitud, así como los enfoques para medir distancias en los territorios eslavos, tal como se registran en antiguos textos históricos —a veces incluso más legendarios que las pruebas arqueológicas conservadas hasta hoy...

Sin espacio no hay longitudes, y allí solo existe la nada...

Sobre las palabras y su valor

Ya mencionamos la palabra «bariónico» en el párrafo introductorio, y quizás este sea el momento de definir qué significa exactamente — ¿y con qué se come, por así decirlo?

En pocas palabras, como habrás oído de algunos divulgadores científicos, el universo — con el cual mantenemos cierta relación de observación — está compuesto por varios tipos de materia. La cosmología y la física de partículas describen las partículas elementales como poseedoras de una dualidad onda–partícula, lo que significa que su estructura es fundamentalmente ondulatoria. Solo la materia con estructuras de onda compatibles puede interactuar o detectar estos elementos, proporcionando información sobre la existencia de los objetos que intentamos observar. Este tipo de materia detectable corresponde a la materia bariónica, es decir, la materia ordinaria que forma las estrellas, los planetas y los seres vivos.

Aquí omitiremos intencionalmente la llamada materia oscura y la energía oscura, que aún ocupan un lugar en los círculos de debate científico. Pero, ¿qué pasa con el espacio? ¿Qué clase de “criatura” podríamos considerar que es?

Como cualquier ser dotado de una gran capacidad de movimiento, dependemos vitalmente de la percepción de nuestro entorno — el medio que nos permite reconocer el territorio que ocupamos, identificar los objetivos a los que podemos acercarnos y calcular las distancias que debemos recorrer para realizar las actividades esenciales para nuestra supervivencia. Todo esto se representa antes de continuar en el espacio dedicado. Este espacio nos resulta tan común que rara vez pensamos en él en términos de sus propiedades físicas; en cambio, todo lo demás — el aire, la tierra, las piedras y todo aquello con lo que podemos manipular o interactuar — lo consideramos materia.

Y aquí nos acercamos de manera directa a la definición de distancia. Principalmente, como señalamos antes, nuestro elemento operativo para relacionarnos con el entorno es la distancia. Pero la distancia no es más que nuestra representación de una fracción del espacio, simplificada para ser expresada en unidades aplicables dentro de él. Y si el propio espacio no es un valor constante, para nosotros la distancia seguirá siéndolo. De lo contrario, todos los sistemas de coordenadas y puntos de referencia destruirían completamente nuestra capacidad de adaptación, que a su vez depende estrictamente de los patrones formados durante la vida del ser vivo.

Según las observaciones astrofísicas recientes, el espacio dentro de nuestro horizonte observable no es constante. Intuitivamente podríamos suponer que la distancia está estrechamente vinculada al límite cambiante del “borde visible del universo”. Sin embargo, seguimos basándonos en patrones estandarizados en nuestras mediciones, y a nuestra percepción, todo parece estático e inmutable. Esto plantea una pregunta esencial: ¿la distancia es realmente constante o lo es solo en términos de nuestras mediciones y percepción?

No obstante, el espacio y la distancia son de la misma naturaleza. La diferencia entre ambos radica principalmente en la perspectiva: la distancia es una construcción artificial, inventada y aplicada por la humanidad, mientras que el espacio es una realidad física. Y la distancia es solo una herramienta (entre muchas otras) utilizada por la humanidad en sus a veces ridículos esfuerzos por comprender el universo.

El señor Evidencia, o reflexiones sobre la vida cotidiana

Hagamos una sencilla reconstrucción de una cadena de eventos cotidianos, como lo haría un auténtico detective. Ahora son las 12 del mediodía, el 1 de diciembre de 1972 (o 3072, lo cual en realidad no importa mientras la humanidad siga existiendo como especie biológica). He dormido bien y me he despertado de excelente humor. Al levantarme de la cama, toqué con mi pierna derecha una zapatilla — las dejo siempre exactamente en el centro y bajo el borde de la cama. En este simple fragmento podemos notar varios hechos interesantes sobre los que raramente reflexionamos.

Despertar es el proceso mediante el cual regresamos de otro estado de conciencia a la percepción de dónde estamos físicamente y qué está ocurriendo. Luego entra en escena nuestro mecanismo de procesamiento de la memoria, que conduce a la restauración de patrones asociativos a largo plazo orientados a los objetos: cama, zapatillas, ubicación, habitación, propósito de los objetos. Y un tercer mecanismo es responsable de las interacciones físicas con objetos externos y de la movilidad de nuestro propio cuerpo.

En relación con nuestro propio cuerpo (que es un elemento esencial del sistema), usamos inconscientemente nuestros receptores como herramientas para explorar y responder a las acciones que realizamos, basándonos en el sistema de patrones de memoria mencionado antes. Y cuando recordamos que tocamos la zapatilla con la pierna derecha, significa que sabemos aproximadamente dónde se encuentra nuestro cuerpo; con esta conciencia tomamos un punto de apoyo, movemos y giramos nuestro cuerpo para permitir que la pierna manipule en el espacio y coordine el contacto con la zapatilla. Sabemos cómo manipular nuestra herramienta (la pierna) porque conocemos exactamente sus parámetros de acción en el espacio. A partir de ese momento, estos parámetros se convierten en el punto de partida de nuestras mediciones inconscientes de distancia.

Luego camino al baño para visitar a mi viejo amigo, el orinal — hay que apurarse si quiero que mi ropa interior se mantenga seca. El tiempo... ¿Cómo sé cuánto tardará el trayecto al baño, abrir la puerta y realizar todas las acciones necesarias para llegar a tiempo al dispositivo deseado que me ayuda a evitar que mi ropa interior se convierta en un trapo húmedo? Reconstruyamos la cadena de eventos que realizamos inconscientemente para obtener ese resultado deseado.

Cuando nos levantamos, nos ponemos las zapatillas, caminamos hacia la puerta del baño (unos pocos pasos), y sabemos exactamente dónde detenernos y qué pierna usar para colocarnos en la posición necesaria para extender el brazo, empujar el picaporte y abrir la puerta. Esto demuestra nuestra conciencia de todos los parámetros de nuestro cuerpo. Gracias a nuestra experiencia de vida, conocemos la distancia media de un paso, y dependiendo de las acciones requeridas, ajustamos la longitud de los pasos. El parámetro básico es nuestro mecanismo de patrones internos, que recalcula la longitud de las piernas para preconstruir la longitud de paso necesaria. Cuando me detengo y extiendo el brazo, nuestro mecanismo hace lo mismo, preconstruyendo los parámetros de mi mano.

De estos ejemplos podemos sacar algunas conclusiones sobre cómo nos orientamos en el espacio mediante algoritmos diseñados para nosotros por los procesos evolutivos. Aquí podemos incluso rastrear el origen natural de la estandarización de los objetos dedicados y la aplicación de esos estándares en la realidad ambiental.

Distancias y mediciones en la aplicación humana

Prólogo, o por qué la estandarización es valiosa

Como es bien sabido, la comunicación entre criaturas sociales es de importancia crítica para su estrategia de supervivencia. Y su propósito principal es la supervivencia del individuo. Este es un axioma evolutivo que no discutiremos aquí. No obstante, los autores consideran necesario mencionar ciertos hechos en este prólogo.

Los entomólogos nos enseñan que las danzas de las abejas sirven como medio de intercambio de información (o de transmisión de datos importantes) sobre la ubicación de flores comestibles y abundantes. Este ritual de danza implica movimientos de un lado a otro, con pausas de suspensión, y cada movimiento transmite información sobre la dirección en la que debe volar la abeja, la duración del vuelo hasta el destino y el tipo de recurso, todo indicado por la bailarina a través de su danza.

En el ejemplo proporcionado (enlace a la fuente, véase « Comunicación de las abejas – Ver más » debajo del párrafo), se puede observar que la danza contiene partes que pueden interpretarse como elementos estandarizados — el tiempo de las pausas, los movimientos direccionales, etc. El hecho de que toda la colonia comprenda estos datos nos lleva a concluir que este comportamiento es absolutamente inevitable entre las criaturas sociales.

De manera similar, dentro de la vida social humana, las nociones de distancia, dirección y otros elementos de orientación surgen una vez que se establece una comunidad. Sostenemos que solo la humanidad posee una herramienta de comunicación como el lenguaje, y este es nuestro principal rasgo distintivo que nos diferencia de todas las demás especies biológicas (dejemos de lado el tema de la articulación verbal por el momento). Esta observación conduce naturalmente a la conclusión de que siempre podemos organizar todos los asuntos importantes y socialmente valiosos.

Por lo tanto, teniendo en cuenta esta narración, podemos continuar y analizar las formas y métodos mediante los cuales la humanidad ha organizado las distancias y sus mediciones a lo largo de las culturas y desde una perspectiva histórica, con el fin de comprender plenamente el tema que aquí nos proponemos explorar...

Comunicación de las abejas – Ver más

Desconocido e indefinido, pero perteneciente a la humanidad

¿Has oído hablar del hueso de Ishango, o de la fecha 20 000 a.C.?

En 1950, el geólogo y antropólogo belga Jean de Heinzelin de Braucourt descubrió el hueso de Ishango durante excavaciones cerca del río Semliki, próximo al lago Eduardo, en la frontera entre el actual Uganda y la República Democrática del Congo. El hueso mide aproximadamente 10 cm de largo y se cree que es una fíbula de un babuino u otro gran mamífero. Actualmente se conserva en el Instituto Real Belga de Ciencias Naturales, en Bruselas.

El hueso de Ishango ha sido objeto de extensas investigaciones, dando lugar a diversas interpretaciones. Algunos investigadores sugieren que las muescas del hueso representan operaciones aritméticas primitivas, indicando un posible conocimiento de los números primos y de las funciones aritméticas básicas. Los análisis microscópicos han llevado a la hipótesis de que las marcas podrían corresponder a un calendario lunar, utilizado para seguir las fases de la Luna. Otros estudios proponen que las muescas reflejan un sistema de conteo basado en 12, con sub-bases de 3 y 4, lo que sugiere una comprensión numérica avanzada. Un estudio de 2025 identificó patrones estructurales en las muescas, revelando sumas repetitivas y estructuras duales emparejadas, lo que indica una disposición matemática intencional y compleja. El hueso de Ishango se considera uno de los artefactos matemáticos más antiguos conocidos y ofrece una visión valiosa de las prácticas cognitivas y culturales de las sociedades prehistóricas. Su estudio continúa proporcionando perspectivas sobre los orígenes del pensamiento simbólico y la numeración humana.

Si asumimos la funcionalidad del artefacto excavado, solo podemos especular sobre su uso directo, pero las marcas y la lógica de su estructura posicional sugieren que debería considerarse razonablemente alguna forma de estandarización métrica relativa entre las demás hipótesis...

Más sobre el hueso de Ishango (documento PDF)

A continuación, guiaremos a nuestro estimado lector a través de las principales culturas antiguas conocidas y ofreceremos algunas generalizaciones antes de adentrarnos en el período medieval de la estandarización de las longitudes...

Este artículo forma parte de una publicación de lectura extensa. [Ir a la versión completa →]

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En esta sección presentamos a nuestros estimados lectores el contexto de la dinastía Shang — su organización estatal, las prácticas metrológicas de la época y otros aspectos fascinantes de esta temprana civilización china.